Brecht y sucedido por otros de Francisco Madariaga.
En 1952 surge en forma periódica “Cero” otra publicación surrealista que dirige el poeta Enrique Molina. Colaboran con gran entusiasmo los argentinos Aldo Pellegrini, Olga Orozco, Julio Llinás, Carlos Latorre, el francés Benjamin Péret y el poeta peruano César Moro, entre otros. Dejará de editarse en 1956.
Girondo observa las nuevas generaciones poéticas argentinas que él mismo en cierta forma apadrina y que dará sus frutos en la década del 60 a través de las personales voces de Enrique Molina, Aldo Pellegrini, Olga Orozco y Edgar Bayley.
Aldo Pellegirni siguió siendo fiel a las consignas del movimiento hasta su muerte, acaecida en Buenos Aires en 1973.
También hubo una fuerte presencia de poetas surrealistas o que lo fueron en su momento, en la más conocida revista Poesía Buenos Aires, dirigida por Raúl Gustavo Aguirre entre 1950 y 1960. Luego de esta fecha, el influjo del surrealismo en la Argentina se diluye, hasta que promediando los 70 tiene un último resurgimiento, que incluyó la vuelta a las librerías de numerosos textos. Esta escritura automática, engendró procedimientos metafóricos nuevos, como la imagen visionaria. El lenguaje se renovó también desde el punto de vista del léxico dando cabida a campos semánticos nuevos y la retórica se enriqueció con nuevos procedimientos expresivos.
Sustancia eróticaPaisaje de latidosel viento azota tu mirada ardienteahí está agazapada la esperaun lejano murmullo anuncia los estremecimientosde un salto intentas aniquilar la viday encender un crepúsculo de miradas frías¿a quién buscas por ese camino palpitante?¿qué fuga detienen tus manos tenaces?corazón que galopahasta atravesar tu transitable desnudezy hace estallar la vidala vidaahora llega la muchedumbre de horas indecisastu corazón galopa lejos de mítu mano caedesde el instante sin tiempofracasada tu muerteindiferente a todo próximo sueño.
Aldo Pellegrini
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