Broquel 7 Macedonio Fernández

                     
MACEDONIO FERNÁNDEZ


CREÍA YO        

No a todo alcanza Amor, pues que no puedo 
romper el gajo con que Muerte toca.
Más poco Muerte puede
sin corazón de Amor su miedo muere.
Más poco Muerte puede, pues no puede
entrar su miedo en pecho donde Amor.
Que Muerte rige a Vida; Amor a Muerte.
  
La esquina que se fue tras el compadrito  (Todo y Nada)  
     Las esquinas son tan sensibles a las “señas”, y las señas del Compadrito Divino son tan gráciles, que un día una esquina seguirá casadamente a: el Compradito Divino; y andando éste la ciudad  se destejerá entera tras esa Esquina genialmente enamorada de la Gracia Maleva.
           
Como comportarse en no-ser (Todo y Nada)
    Lo primero para un ejercicio completo del no-ser está en trabajar en silencio en cosas útiles para la humanidad; lograr verdades y decirlas. Quién observe esto durante muchos años aun no tendrá ninguna otra fatiga para conseguir que nadie crea que ha existido.
                             
La poesía y la filosofía idealista y el humor absurdo se mezclan y confunden en la obra de Macedonio Fernández. - 1874 – 1952 -

AUTOBIOGRAFÍA DE ENCARGO 

   Soy argentino, desde hace mucho tiempo: padres, abuelos, bisabuelos; antes España por todos lados. Creo que desciendo de uno de los mayores o más grandes – que feo y obligatorio modo de calificación – pintores españoles, del cual heredé y he acrecentado una incapacidad completa para el dibujo, vista poderosa, pupilas de un inútil color azul, pues veo el mundo bajo los mismos colores que lo ven los ojos negros y el agua es incolora para mí como para ellos, de modo que el que se tomó el trabajo de pintarme las pupilas – debe haber sido Dios -, no previó, por esta vez, que yo sería torpe para utilizar adornos; o quizás estoy mirando por debajo de las pupilas como quien se levanta los anteojos a la frente; si esto me sucede sin saberlo no es extraño, pues recién a los cuarenta años he sabido que duermo del lado derecho. ¿De que lado duerme usted, lector? Usted me contestará – Antes dormía de espaldas, pero ahora…- ¿Cómo “ahora”? ¿Ya se duerme usted en mi primer página? Déjeme hablar… -¡Cómo “déjeme hablar”; ya quiere usted ser autor! Y bien, sinceramente, somos dos descontentos de lo que estamos: yo escribiendo, usted leyendo, y de buena gana nos intercambiaríamos.
   Soy un convencido de que jamás lograré escribir. Ahí está ese gran pensador que se me hizo odioso desde que quiso encerrarme en el duodécimo paréntesis de su primera página; salté el palito final cuando yo lo estaba parando él y me juré no leer. Pero no leer es algo así como un mutismo pasivo, escribir es el verdadero modo de no leer y de vengarse de haber leído tanto.
   Tengo profesión liberal; soy bastante pobre. Si dijera “estoy pobre”, el lector creería que le iba a pedir algo; es la verdadera frase pues mi mala situación no es accidental. Esto lo explicaré después, recuérdenmelo.
   Soy flaco y más bien feo. En cuanto a mi salud, ni un boticario hijo de médico y casado con partera la tiene peor. Tengo un lote de enfermedades, pero creo que con una me bastará al fin. No las combato porque no sé cuál es la que necesitaré mi último día, día que espero será muy concurrido y en el cual todo el mundo descubrirá, con un talento que siempre disimularon, que yo era una buena persona (como lo proclamaba en vano).
   Por el momento no tengo más que cincuenta años, lo que no es mucho, si se tiene en cuenta mi primera fecha. Contando lo que viviré todavía algunos me dan sesenta; descontando lo dormido con los ojos abiertos (he leído tanto, se hace tanta política en mi país, hay tanto vegetalistas, moralistas, salvacionistas, tantas estatuas de hombres abnegados, tantas hondas y agudas sentencias jurídicas con “acopio de doctrina” acerca de si los pasadores de ventanas debe reponerlos el propietario o el locatario, tanto mártires de la obra pedagógica, tantos centenarios de hombres ilustres a causa de que cada uno de ellos tuvo su respectivo nacimiento, fecha que se soporta cada año por impulsión aniversaria, tantos conferencistas y concertistas, tantos discursos de “piedra fundamental” de inauguración), me atengo, por contradecirlos, a cuarenta.
   Mi altura no es mala; depende del uso. Por debajo empieza al mismo tiempo con la de Firpo; por arriba deja suficiente espacio hasta el cielo, pero es muy mala para erguirme bajo un postigo de ventana aunque un momento antes me ha servido bien para atarme los botines. Parece increíble que todavía se usen los botines donde no alcanzan los brazos.
   Supongan ustedes que yo nací, desde chiquito, en una casa de modistas y supongan también que en aquel tiempo, como hoy, había cosas, no todas, que se hacían prueba, se daban a probar; y que en tal casa había una salita ahondada de espejos para probar las  clientas los nuevos vestidos. (Creo que un índice científico del grado de felicidad de una época y comunidad es el mayor número cosas que se acostumbra “dar a probar” y no sé si hoy, me parece que sí, son más que las que disfrutábase en mi juventud). En aquel tiempo, puesto lo vestido, la persona se veía un poco menos que antes; ahora ese menos verse la persona ha aumentado, menos menos; casi el vestido no tiene nada que ver con esto de cubrirse, con la ventaja ¡increíble! de que se ve la persona y el vestido. (Alguna vez estudiaré cómo el desnudo se reduce a ser modestamente un escote totalitario simultáneo o la suma de todos los escotes sucesivos inocentes posibles a una sola persona). Hasta la edad de seis años, yo entraba y salía (hoy no hubiera salido) de la salita de pruebas y ninguna de las clientas me veía, veía que yo andaba viendo. Todo fue descubrirse en casa que yo había cumplido los seis años (yo no creía que se le conociera a nadie en la cara, ¿cómo se sabe?) para prohibírseme la entrada bajo pretexto de que yo antes veía y ahora miraba. Pero saqué de ello el provecho de una gran inclinación por las matemáticas en punto a curvas y ángulos.
   A los siete años ya aprendí a venirme debajo de un balcón y llorar en seguida; el golpe no me desconcertaba; no me acongojaba antes de llegar al suelo cuando todavía no tenía utilidad el llorar ya. Fue demasiado grave para un principiante: caí diez metros seguidos, orientado en perfecta vertical y sin entretenerme nada en el trayecto como siempre se me ha recomendado en los “mandados”: todo lo hice sin ayuda. 10 metros para piernas de 7 años es mucho siendo uno sólo el que se cae y además  lo matemáticos no lo aprueban ni quieren creerlo por la desproporción de metro por año. Tan grave fue que no es seguro que yo existía después de ella y de tiempo en tiempo los diarios anuncian mi defunción porque algún cronista ha oído en conversación que hace cuarenta años me tomé de la baranda de la vertical durante diez metros continuos. (El suelo, que está dondequiera que un porrazo se completa y que, buen compañero, no falta a nadie en la caída, es la altura nunca menospreciada de un aviador de piso, como yo. Esos navegantes del aire que se lanzan afanosos a lo alto como si se propusieran volver a fumar el humo del cigarrillo exhalado momentos antes, harían algo análogo a lo que recientemente me aconteció a mí cuando caminando con un amigo tropecé, mientras le hablaba, tan violentamente hacia delante, que alcancé las palabras que acababa de pronunciar: me oí a mí mismo y tuve oportunidad de corregir un cierto gran disparate comenzado en ellas.)  Ejecuté tan bien el venirse abajo que se me atribuyó vocación especial y en el barrio cuando algún chico por descuido pudo caerse, viéndole todos al borde de un balcón vacilando, corrían a mi casa a buscarme para que yo tomara por él el encargo de la caída. Mis chichones sobresalía no sólo en el cuerpo sino en el barrio; aun entre tumefacciones, ya de por sí relevantes, las mías sobresalían y en chichonería comparada era yo persona de fama.
   Mi norma, en fin, era: empezar con caídas la maestría de equitación, pero, de caballos chicos.
   Como escribo bajo la depresiva inseguridad de existir, basta por hoy de una literatura quizá póstuma; soy más prudente que Mark Twain, el otro solo caso*.

*Un mérito excelso en Twain es que fuera tan jovial a pesar del terrible infortunio en que vivió todos sus años después de la edad de ocho, cuando, bañándose con su hermano mellizo y en extremo parecido, ahogóse uno de los dos sin que nunca podido saberse cuál.

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RICARDO ROJAS: POETA, HISTORIADOR, ENSAYISTA, BIÓGRAFO, CRÍTICO LITERARIO Y PROFESOR UNIVERSITARIO
Nació en Tucumán el 16 de septiembre de 1882 y falleció en Buenos aires el 29 de julio de 1957. Humanista fecundo y polifacético, preocupado tanto por la historia de las Letras como por la indagación acerca de la identidad nacional, dejó un valioso legado crítico e histórico que lo convierte en una delas figuras mas influyentes del panorama intelectual argentino de la primera mitad del siglo XX. Nació en  el seno de una familia provinciana, el joven Ricardo Rojas creció envuelto por una inquietud nacionalista, motivo que lo llevó a implicarse en la corriente ideológica, que hacia 1910, se extendió por toda la Argentina bajo el nombre de “primer nacionalismo cultural”. Sin duda alguna, la obra que mejor define todas las características e intenciones del proyecto cultural de Ricardo Rojas es su monumental Historia de la literatura argentina (Buenos Aires: La Facultad, 1917 – 1922), publicada en cuatro volúmenes y considerada la primera reconstrucción histórica de las Letras australes propiamente dicha. El resto de su producción se completa con otros títulos como: El alma española (1907); La restauración nacionalista (1909); La argentinidad (1916); La historia en las escuelas (1930); Archipiélago (1934); esta última obra fue escrita en Ushuaia de enero a mayo mientras residía como confinado político y para distraerse del incierto cautiverio es que se dedicó a esta obra inspirada en el más sereno ideal patriótico. Redactó en su explicación preliminar: “…El objeto de estas páginas mías es revisar la leyenda darwiniana y divulgar la verdad sobre Tierra del Fuego, que nació a la geografía en un cataclismo de los Andes y que entró en la historia con otro cataclismo, cuando llegaron
a la Isla los que dijeron que iban para civilizarla...” En otro párrafo del libro dice: “...Tiene Ushuaia una escuelita primaria (se refiere a la escuela Nº1 Domingo Faustino Sarmiento) y una flamante biblioteca popular con el acostumbrado nombre de Sarmiento; la escuelita carece de programa regional y la biblioteca de libros especiales para el estudio de la Isla desamparada. Imagino que con el tiempo todo esto se remediará...” Casualmente es en el libro de visitas de esta biblioteca donde Ricardo Rojas escribió:“Estas Islas Australes, ricas y hermosas, fueron infamadas por el hombre, y el hombre mismo deberá limpiarlas de esa infamia. El testimonio de los primitivos navegantes, mantenido por la rutina; y exterminio del indio, obra de  injustificable barbarie; el fraude de las tierras, acaparadas por la codicia de unos pocos; los confinamientos penales, extendidos por la tiranía a los ciudadanos patriotas; el aislamiento geográfico, que la Marina  puede suprimir; la ignorancia metropolitana y autoritarismo burocrático, las leyes anacrónicas, la inercia oficial y hasta las exageraciones de publicistas frívolos han sido causas de estancamiento a descrédito para las comarcas australes de nuestro país. Rectificar los errores del pasado y fundar nuevas instituciones para porvenir es tarea fácil, que abriría en Tierra del Fuego una era de prosperidad. Biblioteca de Ushuaia, puerta bajo el umbral aleccionador de Sarmiento, debería invertirse en un centro de cultura regional, para difundir aquellas verdades y unir a su vecindario en la empresa de redacción para este feroz territorio, jerarquía mas digna en el conjunto solidario de la civilización argentina”.








El libro Archipiélago fue publicado por el diario “La Nación” en sus suplementos dominicales desde agosto de 1941 hasta enero de 1942.
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MUJERES ELÉCTRICAS

   Mucho más peligrosas, sin discusión alguna, resultan las mujeres eléctricas, y esto, por un simple motivo: las mujeres eléctricas operan a distancia.
   Insensiblemente, a través del tiempo y del espacio, nos van cargando como un acumulador, hasta que de pronto entramos en un contacto tan íntimo con ellas, que nos hospedan sus mismas ondulaciones y sus mismos parásitos.
   Es inútil que nos aislemos como un anacoreta o como un piano. Los pantalones de amianto y los pararrayos testiculares son iguales a cero. Nuestra carne adquiere, poco a poco, propiedades de imán. Las tachuelas, los alfileres, los culos de botella que perforan nuestra epidermis, nos emparentan con esos fetiches africanos acribillados de hierros enmohecidos. Progresivamente, las descargas que ponen a prueba nuestros nervios de alta tensión, nos galvanizan desde el occipucio hasta las uñas de los pies. En todo instante se nos escapan por los poros centenares de chispas que nos obligan a vivir en pelotas. Hasta que el día menos pensado, la mujer que nos electriza intensifica tanto sus descargas sexuales, que termina por electrocutarnos en un espasmo, lleno de interrupciones y de cortocircuitos.

OLIVERIO GIRONDO ( Espantapájaros



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LA VOZ DE LA POESÍA

La poesía tiene su propia voz. Sólo es necesario sentirla cuando dice lo que pretende decir. Y cuando esa comunión llega, es como un soplo de vida para el alma. Así lo entendieron los compositores que le dieron sonoridad a la expresión escrita para que pueda desplegar vuelo. El día que se musicalizó un poema, un pensamiento, fue el día en que la poesía quiso dejarse oír. Y entre tantos autores privilegiados con el don de esta creatividad poética, está el abogado e historiador Félix Luna (1925/2009). Autor de obras tales como: Soy Roca; El 45; Irigoyen y Los Caudillos, entre otras. Fundador y director de la revista Todo es Historia; colaborador en diarios y revistas a nivel nacional; catedrático; estudioso infatigable. Este argentino de lujo, condecorado, reconocido por todos, un día se detuvo para rendir su homenaje de despedida a una mujer y lo hizo desde la poesía. Fue así como nació la letra de una zamba dedicada a la poetisa Alfonsina Storni, con música de Ariel Ramírez, (con quien compuso La Misa Criolla), dándole vida a una de las letras más bellas del género: Alfonsina y el mar. Los versos de esta  canción transmiten un mensaje único; pleno de lirismo y de figuras sutiles a modo de un bello cortejo que habrá de acompañar a la escritora amada en su camino final y lo dice así: “…Te vas Alfonsina con tu soledad/ que poemas nuevos fuiste a buscar…?/ una voz antigua de viento y de sal/ te requiebra el alma y las  estás llevando/ y te vas hacia allá, como en sueños,/  dormida, Alfonsina, vestida de mar…”
La cantante española Paloma San Basilio y el tenor Plácido Domingo la seleccionaron, junto con No llores por mí Argentina y El día que me quieras, para una grabación con lo mejor del cancionero americano, desde allí, nuestra zamba hace que Alfonsina continúe en su sueño de luz, preservándola de la soledad que deja el olvido.
Hay otra poesía y otras voces que provienen de un género tan nuestro, como particular: el tango. El tango, con su fuerza arrolladora. A veces orillero, otras sentimental, pero siempre agudo. Como una estocada filosa y certera que llega  en algún instante  de la vida. Homero Aldo Expósito (1918/1987), sostenía que:”Nadie puede escribir un tango, si no sabe escribir un soneto”, él pudo hacerlo, de esa aptitud surgieron, entre otros, Cristal, Yuyo verde y Percal. Pero, dentro de su producción, hay una letra que se destaca  por su especial anuncio. La música corresponde a su hermano Virgilio Expósito y su título es: Naranjo en Flor; es especial, porque tiene la sabiduría que sólo pueden aportar los años. Los años que se viven a pleno y dejan su huella de vigilia. Los que indican el orden que debiera llevar el andar por la vida. Homero Expósito, el hombre nacido en Campana y que tuvo que interrumpir sus estudios de Filosofía y Letras por razones económicas, era dueño de esa singular intuición, concisa y universal al momento de expresarse. Prueba de ello es que necesitó, tan solo nueve palabras, para resumir la filosofía de vida: “…Primero hay que saber sufrir,/  después amar, después partir/ y al fin andar sin pensamiento…/ Perfume de naranjo en flor,/  promesas vanas de un amor/  que se escaparon con el viento…”
Sufrir, amar, partir. Tres verbos y una sola verdad con aroma de azahares. Porque es letra viva reconocida hasta en sus silencios y cuando esa letra encuentra su voz, se convierte, mágicamente, en nueva  poesía. Poesía que acompaña, que enamora el alma la que penetra en nuestros sentidos y después parte, como el viento, la que nació libre y brota como una gracia de Dios. Sencillamente porque pretende ser sólo y todo ello: Poesía.

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La Fama                                                            Enrique Anderson Imbert


   El poeta la vio pasar, aprisa; y aprisa corrió tras ella y se quejó.
     - ¿Y nada para mí? A tantos poetas que valen menos ya los has distinguido: ¿y a mí cuándo?
   La Fama, sin detenerse, miró al poeta por encima del hombro y contestó sonriéndole mientras apresuraba la carrera: - Exactamente dentro de dos años, a las cinco de la      tarde, en la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras, un joven periodista abrirá el primer libro que publicaste y empezará a tomar notas para un estudio consagratorio. Te prometo que allí estaré.
- ¡Ah!, te lo agradezco mucho.
- Agradécemelo ahora, porque dentro de dos años ya no tendrás voz.

Enrique Anderson Imbert: Narrador, ensayista y docente. Enseñó en las universidades de Cuyo, Tucumán, Michigan y Harvard y fue miembro de la Academia Argentina de Letras. Escribió una Historia de la Literatura Latinoamericana y numerosos estudios, entre ellos, sobre Sarmiento y Rubén Darío. Escribió novelas y libros de cuentos, entre ellos “Vigilia”, “La locura juega al ajedrez”, “Los primeros cuentos del mundo” y “La botella de Klein”.
Córdoba, 1910 Buenos Aires, 2000



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EL LENGUAJE
Y LAS LENGUAS

LAS LENGUAS CLÁSICAS
   La adquisición de una lengua extranjera, cuando se trata de personas adultas y ya desarrolladas, plantea problemas de muy diversa índole que el aprendizaje del habla materna. Antes de abordarlo, permítasenos unas palabras para justificar la presencia del latín entre las lenguas cuyo estudio aquí se recomienda.
Poco temas has sido y son todavía tan debatidos como el de la presencia de las lenguas clásicas y en particular del latín, en un programa de cultura general. Los unos la combaten como rutinario resto de sistemas pretéritos; otros ponen por las nubes el valor formativo de las lenguas antiguas. Apresurémonos a decir que el valor formativo que tenía el latín en los tiempos en que era estudiado todavía como una lengua de cultura y relación, o sea, hasta fines del siglo XVII o principios del XVIII, ha pasado ahora a la lengua materna. En nuestros tiempos, la significación del latín como medio educativo ha sufrido un significativo deslizamiento. Cierto es que las lenguas clásicas y especialmente el latín, poseen características especiales, que hacen resaltar los elementos fundamentales del lenguaje con particular claridad, haciendo luz sobre fenómenos lingüísticos que quedan oscuros en las lenguas modernas. Pero su valor consiste, sobre todo, en se unos instrumentos preciosos para recibir un determinado tipo de cultura, que tiene sus raíces en el remoto pasado grecolatino y que ha inspirado todos los movimientos espirituales de los que ha nacido lo que llamamos cultura europea. En una palabra, son instrumentos para recibir una formación humanística. Ésta se propone un tipo de cultura, que no es el único posible, pero que ha dado sus pruebas en la historia de Occidente, cuya grandeza ha contribuido a crear. Esta educación se basa en el supuesto de que el mundo antiguo nos ha legado un sistema coherente de valores en el orden moral, político, religioso y estético, que, completados por el Cristianismo e interpretados por este movimiento cultural que llamamos Renacimiento europeo, han pasado a formar el núcleo de nuestra cultura. El aprendizaje del latín es, pues, un medio ordenado  a un fin educativo de orden general. Ahora bien, ¿cabe el latín en un plan de estudios propuesto a un autodidacto?  Cabe, sí, pero con limitaciones evidentes. Dada la dificultad de dominar esta lengua de modo que resulte posible la lectura directa de los autores clásicos; pues sólo en ésta radica el tan pregonado valor formativo de esta disciplina. Con todo, un estudio, aunque sea sumario de la gramática latina, servirá para aclarar muchos fenómenos comunes a todas las lenguas y será,  por tanto, una buena iniciación para el aprendizaje gramatical de los idiomas modernos.
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                       Poesía China

                 ADIOSES                                         EN EL ESTILO DE “EL ALTAR DE JADE”   
Bella, graciosa, con sus apenas                                   Ayer noche la falda se desanudo
      trece años,                                                                     sola;                                                      
como una frágil rama de mirística,                            esta mañana la araña porta-dicha
      al comienzo de la segunda luna,                                  ha emprendido el vuelo.
el aliento de primavera, sobre el                                No desdeñes el polvo y el colorete,
      camino a Yang-tche, a diez leguas,                             ¡Quizás tu marido va a entrar!                  
todas cortinas de perlas levantadas,                                          
      ¡no tiene rival!                                                                     K´IUEN TU YU        
                           TU Mu                                                                          (759-819)                   
                                                                                                                                                                           
LITERATURA CHINA
LITERATURA POPULAR O COLOQUIAL: se remonta a más de mil años antes de la era cristiana y ha existido hasta nuestros días. En un principio consistió en poesía, más tarde en teatro y novela, después fue incorporando obras históricas, relatos populares y cuentos. Los intelectuales de la clase oficial, que eran los que dictaban los gustos literarios, no la creyeron digna de estudio y la consideraron inferior durante mucho tiempo. Su estilo brillante y refinado marca los principios de la tradición literaria ortodoxa, que comenzó hace 2000 años.
Hasta el siglo XX, la literatura popular no obtuvo el reconocimiento de la clase intelectual.
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            ATRACCIÓN ERÓTICA QUE IMPLICABA  PRESTIGIO

 AQUELLAS MUJERES DE “PIES DE LOTO”

   Durante siglos, las mujeres chinas de las clases más adineradas soportaron estoicamente la reducción de sus pies, ya que los hombres de su país habían desarrollado una extraña atracción erótica hacia los llamados “pies de loto”, cuya medida debía ser de siete centímetros. Si bien la costumbre fue abolida en 1949, con el gobierno comunista de MaoTseTung, todavía se encuentran, en China, algunas ancianas de andar dificultoso  que intentan desplazarse sobre sus pequeños y mutilados pies.
   Cuando la niña tenía entre tres y ocho años, todos los dedos del pie (menos el pulgar) se doblaban hacia atrás y se las vendaban fuertemente, hasta la pubertad, con vendas de hasta diez metros, para que los dedos permanecieran en esa posición. Después de cada baño, se cambiaban las vendas y se colocaba el pie dentro de un zapato de tamaño inferior. Este “aprisionamiento” artificial provocaba la rotura, uno a uno, de los huesos en crecimiento de los pies y la putrefacción de la carne, constreñida por los vendajes.
La costumbre de vendar los pies de las mujeres chinas se puede asimilar a mutilaciones genitales que sufren, por ejemplo, algunas féminas musulmanas en África. Reducir los pies de las mujeres se relaciona con una clase de fetichismo. La adoración de los pies
femeninos por parte de algunos varones es una perversión que también se da en occidente, bajo otras formas. Según los historiadores esta tradición surgió alrededor del siglo X, entre las bailarinas de la corte imperial, que utilizaban calcetines muy apretados
con el fin de que sus pies parecieran más pequeños. La costumbre se propagó entre las clases acomodadas, para las cuales tener en casa una esposa de pequeños pies implicaba


una cuestión de prestigio, ya que estas mujeres permanecían prácticamente confinadas en sus hogares porque les resultaba muy difícil caminar. Esto implicaba que tenían un marido rico que las podía mantener y que no necesitaban trabajar. El zapato para los pies de loto era considerado un bien patrimonial de la familia, exhibido con orgullo por algunos maridos chinos en pequeñas bandejas para mostrar el tamaño del pie de sus esposas. Las mujeres dedicaban varias horas a bordar los zapatos con símbolos de fertilidad, longevidad y armonía y hasta con explicitas escenas eróticas, a fin de instruir a las jóvenes esposas durante la noche de bodas. Mientras que en occidente es la altura
del zapato el símbolo del erotismo, en china se valoraba el tamaño. Para los fetichistas occidentales la verdadera atracción radica en el sentimiento de subyugación, en China la pasividad, simbolizada por los pies reducidos es la clave del éxtasis erótico. Un erotismo que las mujeres debieron pagar con un precio demasiado caro; su movilidad.


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______________________________________________________________________     Un año más S.A.D.E. ZONA NORTE fue convocado para actuar de jurado por cuarto año consecutivo en el Certamen Literario por la “BIBLIOTECA POPULAR Y. MARTÍN de PUEYRREDÓN de SAN ISIDRO”.
Este año la responsabilidad estuvo a cargo de la escritora Marta Cimientes y los escritores José Aníbal Gonzáles y Abel Cammi.

Recordamos que las lecturas en los establecimientos educativos de distintos niveles primarios
 y secundarios, comenzaran a partir del mes de abril.


 
 
 
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PRESENTACIÓN ANTOLOGÍA “ POIESIS”  II
Un encuentro de poesía, danza, lírica y  rosas

         La entrega de la Antología Literaria “Poiesis” II, el pasado 11 de diciembre 2009, sirvió de marco para una reunión inolvidable que convocó alrededor de 200 personas en la sede que la Sociedad Argentina de Escritores Zona Norte tiene asignada en la Ciudad de Martínez. El encuentro, que fue presidido por la escritora y Presidente de la SADE Zona Norte, Sra. Estela Garrido, contó con el valioso auspicio de la Municipalidad de San Isidro y la presencia de su titular, Dr. Gustavo Posse, quien estuvo acompañado por altas personalidades del quehacer ciudadano, entre otros: los miembros del Club de Leones de Martínez y del Club de Leones de Villa Adelina; el Sr. Alfredo Laguzzi, Presidente del HCD; Manuel Collado (Concejal); la Secretaria de la Biblioteca J. Martín de Pueyrredón (SI); la Sra. Susana Abriata (Secretaria de Relaciones Institucionales (ONGs);  miembros del Círculo de Poetas de Boulogne;  Rachel Vivas (de la Comisión Directiva de la SADE Delta Bonaerense); el Sr. Juan Antonio Suárez (Director de Prensa y Difusión) y Secretaria, además de escritores y artistas plásticos zonales. La velada se inició con un pasaje de la obra musical “Lola Mora”, cuya autoría pertenece al  pianista y compositor Andrés Risso, inspirada y dedicada a la famosa escultora argentina. La danza, plena de velos y brazos que se elevaban como el vuelo de los pájaros libres, estuvo a cargo de la bailarina egresada del Teatro Colón, Loreley Mónaco, quien recorrió el escenario con la plasticidad y el encanto de las musas. La continuidad de este espectáculo de alta jerarquía fue marcada por la lírica, a cargo de la soprano Mónica Villabrille y del tenor Mario Arias, quienes incursionaron en obras del repertorio lírico universal. Todos ellos bajo la dirección del maestro Andrés Risso,  de gran desempeño en el Teatro Colón de Buenos Aires y en el Teatro Argentino de La Plata.  Otro de los momentos sobresalientes y el “life motiv” de la reunión fue la de contar con la presencia de la primera actriz Amelia Bence, quien descubrió una placa con su nombre en el Salón de Actos de la SADE.  La Sra. Bence, por su parte, recitó algunas poesías de Alfonsina Storni y Federico Lorca que cautivaron a los asistentes por el emotivo acento puesto en su interpretación. Por lo vivido, puede decirse que la entrega  de “Poiesis” II  fue mucho más que la culminación de una Antología Literaria. Sin duda, fue una noche de fiesta alumbrada por el arte y la cultura que ha de continuar viviendo en un rincón de la memoria.  Vaya entonces  el agradecimiento de la SADE Zona Norte a todas las personas que nos acompañaron en esta cita y a las que, cualquiera haya sido su lugar, entregaron lo mejor de sí en una noche imborrable. A todas y a cada una de ellas, ¡ GRACIAS !
Apostillas de la reunión: Expositores Plásticos: Sra. Mariel Liceaga,  Sr.Carlos Federico Bunzeck, Sras. Nelly Nava;  Morë  XXXXX. A los medios de comunicación: Prensa de la Intendencia de San Isidro; FM Fénix; Canal 20 (zonal) y Actualidad Zonal. A los Locutores: Juanita Figueroa y Oscar Belmonte.


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AMELIA BENCE
  ANTOLOGÍA “POIESIS II”
           Un encuentro de poesía, danza, lírica y  rosas
 La entrega de la Antología Literaria “Poiesis II”, el pasado 11 de diciembre 2009, sirvió de marco para una reunión inolvidable que convocó alrededor de 200 personas en la sede que la Sociedad Argentina de Escritores Zona Norte tiene asignada en la Ciudad de Martínez. El encuentro, que fue presidido por la escritora y Presidente de la SADE Zona Norte, Sra. Estela Garrido, contó con el valioso auspicio de la Municipalidad de San Isidro y la presencia de su titular, Dr. Gustavo Posse, quien estuvo acompañado por altas personalidades del quehacer ciudadano, entre otros: los miembros del Club de Leones de Martínez y del Club de Leones de Villa Adelina; el Sr. Alfredo Laguzzi, Presidente del HCD; Manuel Collado (Concejal); la Secretaria de la Biblioteca J. Martín de Pueyrredón (SI); la Sra. Susana Abriata (Secretaria de Relaciones Institucionales (ONGs);  miembros del Círculo de Poetas de Boulogne;  Rachel Vivas (de la Comisión Directiva de la SADE Delta Bonaerense); el Sr. Juan Antonio Suárez (Director de Prensa y Difusión) y Secretaria, además de escritores y artistas plásticos zonales. La velada se inició con un pasaje de la obra musical “Lola Mora”, cuya autoría pertenece al  pianista y compositor Andrés Risso, inspirada y dedicada a la famosa escultora argentina. La danza, plena de velos y brazos que se elevaban como el vuelo de los pájaros libres, estuvo a cargo de la bailarina egresada del Teatro Colón, Loreley Mónaco, quien recorrió el escenario con la plasticidad y el encanto de las musas. La continuidad de este espectáculo de alta jerarquía fue marcada por la lírica, a cargo de la soprano Mónica Villabrille y del tenor Mario Arias, quienes incursionaron en obras del repertorio lírico universal. Todos ellos bajo la dirección del maestro Andrés Risso,  de gran desempeño en el Teatro Colón de Buenos Aires y en el Teatro Argentino de La Plata.  Otro de los momentos sobresalientes y el “life motiv” de la reunión fue la de contar con la presencia de la primera actriz Amelia Bence, quien descubrió una placa con su nombre inaugurando el Salón de Actos de la SADE.  La Sra. Amelia Bence, por su parte, recitó algunas poesías de Alfonsina Storni y Federico García Lorca que cautivaron a los asistentes por el emotivo acento puesto en su interpretación. Por lo vivido, puede decirse que la entrega  de “Poiesis II”  fue mucho más que la culminación de una Antología Literaria. Sin duda, fue una noche de fiesta alumbrada por el arte y la cultura que ha de continuar viviendo en un rincón de la memoria. Vaya entonces el agradecimiento de la SADE Zona Norte a todas las personas que nos acompañaron en esta cita y a las que, cualquiera haya sido su lugar, entregaron lo mejor de sí en una noche imborrable. A todas y a cada una de ellas, ¡ GRACIAS !
Apostillas de la reunión: Expositores Plásticos: Sras. Mariel Liceaga, Nelly Nava,  Nancy E. de León, Flavia de La Cuadra y Sr. Carlos Federico Bunzeck. Medios de comunicación: Prensa de la Intendencia de San Isidro; FM Fénix; Canal 20 (zonal) y Actualidad Zonal. Fotografía: Srta. María Carolina Gonzáles. Locutores: Juanita Figueroa y Oscar Belmonte.


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SE PROHIBE MIRAR EL CÉSPED

   Maniquí desnudo entre escombros. Incendiaron la vidriera, te abandonaron en posición de ángel petrificado. No invento, esto que digo es una imitación de la naturaleza, una naturaleza muerta. Hablo de mí, naturalmente.

ALEJANDRA PIZARNIK  (Textos de sombra y últimos poemas)
 
 
 

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INFANTA

                                               Subyace el espíritu,

altivo en la colina.

Flores de sangre, coronan la frente

de la infanta…

que altiva entre espíritu malvados,

sostiene entre sus brazos.

la estatua de marfil sagrada…

gotas de rocío, resbalan por sus rizos,

iluminan el rostro terso

cubierto de escarcha.

Nubes azules, ojos atentos,

vigilan el espacio inerte de la vida.

Procede el mal

como cuervo destruye

a su paso tiernos corazones.

El mal dibuja

sombras insoslayables

de dolor eterno.

¡Así es la vida!

En sus recodos profundos,

médula inquisidora, carcinoma mortal,

fin de la existencia.

No hay más luchas,

todo se ha destruido.

El espíritu del alma,

Exhala desgarrado…

¡SU ÚLTIMO ALIENTO!

                       Estela A. Garrido

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La Baldosa amarilla


En el patio embaldosado había  una baldosa que se diferenciaba  del resto,  por su tono  amarillo. Tal vez se debiera a otra partida o a una reparación de último momento. Desconocíamos la razón; el piso  llevaba así  cuarenta años. Cuando uno  trasponía ese espacio, irremediablemente  la vista  iba hacia  la baldosa. Por repetida que fuera la rutina, inexorable la mirada apuntaba en esa dirección. Cuando me dormía, en la oscuridad de la habitación, venía a mi mente su imagen, y hasta  soñaba con ella. En  alguna reunión social, no faltó quien   preguntara o hiciera una observación interrogante sobre el mosaico, y nosotros que desconocíamos su origen, en general contestábamos con una estupidez. Tuve una novia que decía que debajo de la baldosa estaba la clave de un tesoro escondido. Y hasta insistió para que la levantara a fin de comprobar su teoría. No se si fue por ese u otro motivo  que terminé  aquella relación. Tengo vagos recuerdos de mi infancia  sin embargo rescato  que atribuían  su  color  a haberme  hecho  pis encima de ella. Alguna   vecina esotérica  hizo augurios sobre la  pieza, instando a que la sacáramos, o la dejáramos, no recuerdo. La lluvia  mimetizaba su tono con el resto y después, uno esperaba el momento en  que poco a poco iba recobrando su pigmento singular. Los chicos inventaban juegos surrealistas a su alrededor, mientras los grandes los mirábamos  deleitándonos  en esa simbiosis entre ellos y el patio. Pero un día las voces  se fueron yendo y con ellas también yo. La casa se vendió por el valor del terreno y pasé  por última vez cuando la estaban demoliendo.  Llegué hasta el patio en el momento que un obrero con el torso desnudo y bruñido por muchos soles, se disponía a levantar el piso. Como no podía ser de otra manera, a él también  lo atrajo la baldosa. Levantó la maza, la llevó hacia su espalda y la descargo con ímpetu sobre ella, que estalló en mil pedazos. Me quedé absorto mirando el hueco  vacío. Creí ver una luz blanca intensa, sobrenatural, que fluía de allí... pero no, sólo estaba el espacio y los restos del material que durante cuarenta años la habían mantenido adherida. Permanecí por unos instantes  con la vista  clavada en la escena. Parecía mentira que no existiera más y por un momento  melancólico pensé si no debería haberla preservado. Y ahí me di cuenta; ahí descubrí el misterio de tantos años. Ella había estado en los amores y en los desencuentros, en los momentos plenos y en los olvidados. Incorporada  en una especie de inconsciente colectivo a tal punto se ser parte de nosotros. Era solo eso...  Estuvo bien no haberla retenido. Se había ido, como todas las cosas, como la vida, como nosotros.
       

Abel Cammi
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***“ TARDE DE PREMIOS ”***

El 24 de octubre SADE Zona Norte abrió la puerta de su sede para recibir a los escritores que participaron en el “Certamen Literario: San Isidro 2009”. Se dieron a conocer ante la expectativa y el silencio profundo de la sala los nombres de los galardonados. El jurado compuesto por los escritores Ángela Prado, José Aníbal González, Antonieta Pardo de Ferreyra y Abel Cammi fueron los encargados de la entrega de los diplomas de participación y  premios.
Género Cuento: Primer Premio: Leandro Calabrese
                          Título de la obra: “LAS HERRAMIENTAS DIMINUTAS”
                          Segundo Premio: Gabriel F. Sarobe.
                          Título de la obra: “TRANSMUTACIÓN”
                          Tercer Premio:  Luis A. Dal Bó                   
                          Título de la obra: “LA BASE DE LA FORTUNA”              
                          Mención Especial: Ana María Arellano
              Título de la obra: “LAS SEÑALES”  
Género Poesía: Primer Premio: Pablo Acuña:
  Titulo de la obra: “NUBES AZULES”
  Segundo Premio: Gustavo N. Juan Schaller
  TÍtulo de la obra: “ LA MIRADA”
  Tercer Premio: “Edgardo J. R. Carignano”
  Título de la obra: “DUERME”
  Mención Especial: Liliana Souza
  Título de la obra: “CUARTO DE COSTURA”
La tarde se fue apagando entre aplausos sostenidos, flashes y gran algarabía. Nos despedimos en amena cordialidad, con sonrisas y  un  fuerte aroma a tinta fresca  que dibujaron miles de palabras talentosas.