GENOCIDIO

Dolores de muerte traen,
los vientos encontrados
de las altas cumbres
baja la espesa sombra
de la noche helada.
Ya no se escuchan
las voces
de los dueños
de esas tierras.
Sus rostros encendidos
sintieron el corazón
atravesado.

Matanza
alfombra de cadáveres,
huellas de dolor,
puñal y muerte,
que hombres blancos
hundieron en sus pechos
una y mil veces,
Ona,
tu llanto silencioso
nadie escuchó,
quedaron solamente
las hojas de lenga
rojizas y marchitas
por la sangre derramada.
          JOSÉ ANÍBAL GONZÁLEZ



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